Un cachorrito en apuros.

Este diminuto amiguito que ves aquí es un cachorrito de unas siete semanas de edad que tuvo que visitar DogLover Animal Hospital muy tempranamente, antes incluso de recibir un nombre.

En su caso, este pequeñito había presentado una historia de vómito agudo. Sabiendo que no es una buena señal, sus propietarios optaron para traerle cuanto antes.

Dada su historia, pensamos que estudios de imagenología serían una buena forma de saber exactamente cuál era el problema, y así fue.

La radiografía mostró un par de objetos extraños dentro del cachorrito que claramente le estaban causando un serio problema. No habiendo cumplido aún ni dos meses de edad, los riesgos de una cirugía eran enormes, pero era claro que en este caso sería necesario correrlos.

Comprendiendo los riesgos, los propietarios de este pequeño paciente accedieron a realizar la cirugía para salvar la vida de su nuevo compañero. Ya que la cirugía abdominal siempre es algo serio (más aún con un paciente tan joven), tomamos todos los cuidados posibles hasta que finalmente encontramos y extirpamos a los invasores.

Tras salir del quirófano, nuestro valiente cachorrito parecía estar bien, aunque en definitiva iba a necesitar mucho descanso. Poco a poco fue ganando fuerza, esperando regresar a su familia pronto, ¡hasta que a los 4 días de su operación amaneció lo suficientemente bien para volver a casa!

Cuando se trata de cachorros, no se les puede quitar un ojo de encima.

Ah, ¿y los villanos de la historia? Un par de borradores de lápiz y un montoncito de pelo.

“No se deje al alcance de los niños”.

¡Y así se encuentra nuestro pequeño gran paciente hoy en día! Feliz en su hogar, ahora oficialmente bautizado como Floky.